Bañar mis pies en el frío Pacífico
es un acto que evoca mi sentir del hogar.
Siento paz al perder mi mirada en su horizonte
mientras el viento, entretejiendo, me despeina.
"Soy de aquí", pienso.
En esta misma orilla, bailé, canté, reí, amé y lloré.
Testigo de mi pasar,
mis huellas siempre fueron pasajeras.
Quizás por eso cada vez que regreso,
siento que puedo volver a empezar.
10 agosto 2025

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