Inmóviles

Inmóviles en el deseo... qué belleza!

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Anónimo ha dicho que…
EL ÁNGEL Y LA CARNE
poema de OSCAR PORTELA

Ponle señor – dijo el ángel
carne a mis soplos-
sombra a mis cánticos
para que así descienda
hermoso entre los hombres.

Dame sombra, señor-
permítele al seráfico
ser bienvenido entre mortales
todos y Dios, presto a deseos,

puso al incorpóreo coro
espinas a sus alas y dardos
a sus tiernas miradas.

Y el descenso a la tierra
Tornosé furia y lava.

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